Cartel del concierto. LORALDIA
Fallecido en agosto de 2023, Jonan fue fundador de Mamia Estudioa, colaborador en los estudios Katarain y uno de los productores y técnicos de sonido más importantes de la música vasca de las últimas décadas. Según comentó a este diario, aprendió de Fernando Saunders –productor y bajista de Lou Reed, ídolo musical de Jonan desde que descubrió su disco Transformer– y de Paco Loco, ex-Australian Blonde y colaborador de músicos de la generación indie estatal y algunos vascos, como Anari, Bide Ertzean, Don Inorrez o Revolta Permanent.
La velada del Arriaga, denominada Mila esker, Jonan Ordorika, se iniciará a las 19.30 horas con entradas a 20 euros, y contará con el reagrupamiento de Hiru Truku como reclamo especial. El trío, con su hermano Ruper al frente y Bixente Martínez y Joseba Tapia a guitarras y triki, respectivamente, vuelve a agruparse para la ocasión dos décadas después de la publicación del último de sus tres discos grabados.
Además, participarán en el tributo dos de las voces femeninas destacadas de la música euskaldun actual: la cantautora indie Anari y Mice, el proyecto personal actual de Miren Narbaiza, quien se diera al conocer en el dúo Napoka Iria, junto al guitarrista Ander Mujika. La cita se anuncia como “un homenaje a Jonan”, técnico que prestó su sapiencia técnica en los discos de Ruper, Joseba Irazoki, Rafael Berrio, Gose, Willis Drummond, Joseba B. Lenoir, Tenpora, Rafa Rueda, Betagarri, Joxe Ripiau, Glaukoma, Audience, Joserra Senperena…
En el concierto homenaje, que durará “en torno a 110 minutos” y contará con proyección de imágenes y algunas sorpresas, participará Rafa Rueda. “Se me hace muy difícil referirme a Jonan. Todavía oigo su voz al otro lado del teléfono. No me hago a la idea de que no voy a volver a encontrarme más con él”, explica el líder de Pilt sobre Jonan, que prefiere no entrar en detalles y anécdotas compartidas con él. “Las mejores son las inconfesables”, apostilla entre risas.
Loraldia Festibala desea hacer extensivo el homenaje a Jonan a los técnicos e ingenieros vascos que se mantienen en segundo plano, aunque sin ellos no serían posibles ni los discos ni los directos de los músicos. “Totalmente de acuerdo, son tan importantes como los artistas. Es más, diría que son artistas también”, explica Rueda, que recuerda a Jonan como “un tío que sabía disfrutar de la vida”. En palabras del músico mungiarra, “superada la fase inicial de su timidez” el malogrado ingeniero de sonido oñatiarra era “todo simpatía y generosidad”.
“Jonan era muy meticuloso en el trabajo, casi obsesivo. Conocía bien sus límites pero no descansaba hasta estar totalmente seguro de lo que tenía entre manos. Creo que tenía una forma muy personal de entender la música, más allá de las modas o tendencias, y el tiempo le ha dado la razón. Creo que casi todos los trabajos que ha hecho han envejecido muy bien, algo que no es nada fácil de lograr”, indica Rueda sobre la manera de hacer del hermano de Ruper Ordorika.
BUEN ROLLO
“Jonan era sinónimo de bueno rollo”, explica el ex-Oskorri e Hiru Truku Bixente Martínez. “Por encima de las deficiencias técnicas, de las carencias de uno u otro tipo, y de las dificultades, siempre sabía mantener el buen humor y la actitud tranquila y positiva, y eso, claro, se transmitía luego en el resultado de sus trabajos, tanto en directo como en estudio”, asegura el guitarrista, que extiende el tributo a “a todos los técnicos de todo tipo que están siempre detrás de cualquier concierto y de cualquier grabación”, ya que, sin ellos, “sería imposible que nuestras propuestas salieran a la luz”.
Tanto Bixente, que reivindica el papel en la música euskaldun reciente del también técnico Jean Phocas, “siempre generoso y dedicado a su trabajo”, como Rueda coinciden en destacar el marco de esta velada: Loraldia Festibala. “Ha tenido el acierto de organizar algo que venía siendo muy necesario, y es la idea de homenajear y poner en valor el valor de los técnicos que están siempre en la sombra, empezando por Jonan, pero sin olvidar a todos los demás”, indican.
“Loraldia es un bonito contexto para un homenaje como este: un festival cercano, centrado en la cultura vasca, el ámbito de trabajo de Jonan, y en Bilbao, una ciudad a la que tenía un cariño especial”, explica Rueda, que cierra asegurando que “Ruper, Anari, Joseba, Bixente, Miren y yo nos encargaremos de la música, cada uno con un tiempo limitado y con sorpresas entre actuación y actuación”.