Increíble eliminatoria la disputada entre Liverpool y PSG, donde finalmente se clasificó a los cuartos de final el equipo que, sobre el papel, era el menos favorito. No por plantilla, jugadores o concepto de juego, sino porque los ingleses llegaban como uno de los claros favoritos al título y, además, jugaban en Anfield la vuelta tras ganar por la mínima en el partido de ida. Pero el PSG mostró su fortaleza y cómo ha cambiado la mentalidad del equipo a la hora de la verdad.

El mérito de Luis Enrique es tremendo, pues ha conseguido transformar al PSG en un equipo ganador, algo que hace solo unos meses era cuestionado. El técnico asturiano ha sabido empastar a una plantilla que, en algunos momentos, generaba ciertas dudas y ha acertado con ciertos cambios de posición y el gran fichaje del mercado de invierno, un Khvicha Kvaratskhelia que caído de pie en el equipo y que refuerza enormemente una posición que generaba dudas.

En el partido de ida, el PSG recibía una dolorosa derrota. No solo por la necesidad de tener que ir a por todas en un campo inexpugnable como Anfield, donde este mismo curso había ganado a equipos como Real Madrid, Leverkusen, City o Chelsea, sino por cómo se produjo: el PSG tuvo el 70% de posesión, dio 693 pases, disparó 27 veces a portería, sacó 14 córners y el Liverpool se llevó el partido en la única ocasión que tuvo durante 90 minutos.

El Liverpool era el gran coco de Europa, el equipo a batir, el que mejor fútbol estaba haciendo y, de hecho, se daba por seguro su pase a los octavos, ante un PSG que tuvo que clasificarse en la repesca, donde eliminó al Brest. Y, para colmo, llegaba a la vuelta con el resultado adverso. Pero una persona creía: Luis Enrique. El técnico tenía claro cómo jugar, confiaba en su plantilla y estaba convencido de que podía lograr la clasificación. Y cumplió su amenaza.

“Nos queda un partido todavía ¿Si soy optimista? Por supuesto. Durante el encuentro de ida, solo han jugado cinco minutos, el resto ha sido control absoluto del PSG. Así que iremos a Liverpool a jugarles de cara, a quitarles el balón y a que los aficionados se sientan orgullosos“, expresaba Luis Enrique tras la primera parte de la eliminatoria. No le faltaba razón: el PSG fue capaz de darle la vuelta y llevarse la clasificación en la tanda de penaltis.

Hubo varios partidos en Anfield, con un PSG valiente que salió en busca de la victoria y que pronto se encontró con un gol de Ousmane Dembélé que lo igualaba todo. El Liverpool se volcó en ataque, donde se encontró con un excelente Gianluigi Donnarumma y una defensa expeditiva, liderada por Marquinhos y Pacho. Los galos supieron sufrir y, con el paso de los minutos, tuvieron alguna más para ahorrarse los penaltis. Pero los once metros iban a ser decisivos.

Allí, Donnarumma estuvo brillante para acabar con el Liverpool y meter a su equipo en cuartos de la Champions. Pero la mejor demostración de lo que Luis Enrique ha conseguido estuvo en la celebración: un equipo unido, que pelea y que aprende a sufrir junto. Esa es la verdadera clave. “Mostramos qué tipo de equipo somos. Con personalidad, con carácter, que sabe jugar al fútbol en el estadio que sea“. Esa es la gran fortaleza: no hay nadie por encima del conjunto.

La gran espina del PSG es la Champions, competición que no ha ganado nunca y, sin duda, el gran objetivo de esta temporada. El equipo de Luis Enrique quiere levantar la orejona y va a pelear por ello. “Lo vamos a intentar, tenemos al mejor entrenador del mundo”, afirmaba Nasser al-Khelaïfi al término del choque. El PSG ha dado un paso adelante eliminando a uno de los grandes favoritos, pero queda mucho camino por andar. Eso sí, de momento, Luis Enrique ha cumplido su amenaza.

Increíble eliminatoria la disputada entre Liverpool y PSG, donde finalmente se clasificó a los cuartos de final el equipo que, sobre el papel, era el menos favorito. No por plantilla, jugadores o concepto de juego, sino porque los ingleses llegaban como uno de los claros favoritos al título y, además, jugaban en Anfield la vuelta tras ganar por la mínima en el partido de ida. Pero el PSG mostró su fortaleza y cómo ha cambiado la mentalidad del equipo a la hora de la verdad.